"Las Agonías", el poema XIV del canto III con el que se da inicio al recital, forma parte del CANTO GENERAL, conjunto de XV grandes poemas líricos al que también pertenece "Alturas del Machu-Pichu",canto II formado por siete poemas y que el poeta Pablo Neruda, escribió tras su visita al énclave arqueológico de MACHU PICHU.
Con ese poema el poeta intenta expresar todas las sensaciones, emociones y sentimientos por los que fue invadido tras visitar las míticas ruinas mencionadas pertenecientes a la civilización Inca, dejando así un testamento poético de la visita, al tiempo que expresa su ansia de querer saber más sobre las causas que condujeron a la destrucción genocida de la cultura inca por las turbas colonizadoras españolas.
La colonización continua, pues los herederos de aquellos sanguinaria horda, sigue ejerciendo su misión evangelizadora gozando de lo que robaron sus antecesores, manteniendo las ricas propiedades que fueron arrebatadas a los indios y a los que obligaron a destruir sus propios templo y ciudades para levantar sobre ellos sus iglesias, conventos y haciendas, eso si, ahora reclamando respeto para la dignidad de las personas y erigiéndose en la representación de la voz de los que sufren, pero sin querer ni oír hablar de soltar el botín heredado.
Y es precisamente en ese ansia que Pablo Neruda expresa, en su magnifico poema de "Alturas del Machu-Pichu", de querer saber más de como se produjo la abrupta extinción de la cultura incaica , donde yo he encontrado un paralelismo de sentimientos y emociones con otro testamento poético, el DÍPTICO ESPAÑOL, para mi uno de los grandes poemas españoles del siglo XX, escrito por el poeta no muy recordado y muerto injustamente en el exilio, LUIS CERNUDA, y en el que a través de toda un serie de meditaciones y reflexiones nos hace comprender el por qué de su renuncia a querer formar parte de una cultura adoradora de cadenas, reliquias,hábitos y uniformes y a la vez tan estúpida y cruel como su fiesta de los toros, la cultura que hizo posible que los enemigos enconados de la vida, a la cual los colonizadores del continente americano representaban liderados por Pizarro, el cerdo cruel de Extremadura escoltado por cruces y espadas y al grito de !Dios esta de nuestra parte, yo os absuelvo!, hiciese caer la noche sobre Perú, como una brasa negra, para destruir la civilización que alababa la vida.
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